Los Viajes de Bevi, la Bellota Viajera: Pazo Castrelos, Vigo (Pontevedra)

Conocido también con el nombre de Pazo de Quiñones de León, el Pazo Castrelos arquitectónicamente es uno de los más sobresalientes de toda Galicia por lo que fue declarado monumento histórico artístico en 1955.
El actual edificio es del siglo XVII, pero en este lugar, a orillas del Río Lagares existió anteriormente el denominado pazo de Lavandeira, que no era más que una torre medieval, destruida durante las luchas por la independencia de Portugal en torno a 1641. Pocos años más tarde el capitán Juan Tavares lo reedificó y fue su familia la primera en residir en este edificio, como atestigua el escudo de armas que luce en la fachada principal. En el Siglo XVIII cambió varias veces de propietario pasando a manos de los Montenegro y un siglo después al marquesado de Valladares. A finales del siglo XIX, la VIII Marquesa de Valladares contrae matrimonio con el Marques de Alcedo, Don Fernando Quiñones de León, y emprenden una gran reforma del edificio. Tras la muerte del hijo de este matrimonio, en 1924 Don Fernando Quiñones dona la propiedad a la ciudad de Vigo, imponiendo como condición que debería ser destinado a uso público, en él se ubicaría un museo y se construiría un parque. En la actualidad el complejo Pazo de Castrelos es considerado como uno de los símbolos de Vigo. A su lado encontramos un hermoso parque que cuenta con parque infantil, jardines, un lago artificial y hasta un auditorio. El interior del Pazo está ocupado por el museo Quiñones de León que alberga una de las mejores colecciones de pintura gallega, así como una interesante sección de arqueología.

La estructura de este edificio, inspirado en el pazo de la Pastora, consta de un gran cuerpo central flanqueado por dos recias torres. Durante la gran reforma del Marques de Alcedo, perpendicular a la fachada principal, se construyó una bella capilla dedicada a la Virgen del Carmen, en el interior de la cual encontramos un bello retablo del siglo XVIII. El centro de la fachada aparece encalado destacando sobre la puerta principal el enorme escudo con las armas del Capitán Tavares. El interior responde al prototipo de palacio urbano de la época, en la que cada una de las plantas tenía una finalidad diferente, pero las importantes reformas a que fue sometido para la instalación del museo nos impiden ver cómo era la distribución original. Podemos ver muchas de sus salas completamente amuebladas, aunque estos no son los muebles originales que utilizaron los marqueses de Valladares, ya que estos no estaban incluidos en la donación y los que hoy vemos proceden de sucesivas donaciones de particulares y compras del ayuntamiento de Vigo.

No podemos terminar la visita a este pazo sin recorrer una de sus partes más espectaculares, sus jardines, de inspiración barroca, en los que podremos pasar el resto de la tarde disfrutando de su tranquilidad y belleza.