domingo, 8 de enero de 2017

Monasterio de Santa María de la Caridad de Tulebras, Navarra.

La historia del monasterio de Tulebras remonta su origen al año 1147, cuando el monarca Navarro Garcia Ramírez, pidió a las monjas cistercienses de la Abadía francesa de Lumen-Dei, que se instalaran en sus dominios de Tudela.
Estas religiosas aceptaron y tras unos pocos años en Tudela, se trasladaron a un lugar más lejano y solitario, Tulebras, a medio camino entro Tudela y Tarazona. Así en 1156 se creó la primera fundación del cister femenino de España, el Monasterio de Santa María de la Caridad de Tulebras, desde entonces y de forma ininterrumpida vive en él una comunidad religiosa femenina. Al ser la primera fundación femenina del cister en territorio hispano, de aquí salieron las monjas que fueron propagando la orden del cister por los demás rincones de la península y Tulebras se convirtió en el siglo XII en el germen del cister femenino de los reinos hispánicos. Los malos tiempos para este monasterio comenzaron con la desamortización de Mendizábal, que hizo que la comunidad perdiera todas sus pertenencias, a pesar de ello, las religiosas permanecieron en el monasterio y muchas han sido las ocupaciones de estas religiosas, para poder subsistir. En la actualidad cuidan de su huerta, tienen instalada una granja donde crían gallinas, producen miel, elaboran cremas curativas y antiarrugas además de poseer un obrador donde elaboran unas pastas de té verdaderamente deliciosas. Cuenta también con una hospedería en la que os podéis alojar disfrutando de la sencillez y el silencio que ofrece el cobijo de estas piedras casi milenarias.
Para apreciar toda la belleza que encierra este monasterio, de puro estilo románico-cisterciense lo recorreremos comenzando su parte más antigua, la iglesia. Su construcción original data de finales del siglo XII, aunque fue reformada en siglos posteriores. Su interior de una sola nave, es de una sencillez sobrecogedora. Su sobriedad arquitectónica y la desnudez escultórica que lucen sus columnas y capiteles invitan a contemplar su solemne belleza envueltos en un silencio casi mágico. En su origen la nave de este templo debió de estar cubierta por una bóveda de cañón apuntado, pero está se hundió, y en el siglo XVI se sustituyó por la que hoy podemos contemplar de estilo renacentista. 
El claustro que antaño debió ser románico, hoy se nos muestra muy reformado con sus arcos de ladrillo y sus bóvedas de crucería enlucidos en blanco. A través de él se accede al resto de las dependencias monacales.
Dentro del monasterio encontramos un interesante museo, dividido en tres salas. Una de las cuales es el antiguo dormitorio del convento del siglo XII. En este museo encontramos bellas piezas de pintura, escultura y orfebrería que abarcan desde el siglo XVI hasta finales del siglo XIX y que hasta hace muy poco se han usado para el culto. 
Sin duda muy recomendable es visitar este bellísimo monasterio cisterciense, y mejor aún, alojarse bajo el mismo techo que estas simpáticas religiosas, de un trato tan exquisito como el sabor de sus pastas.








INFORMACIÓN DE UTILIDAD

La visita al complejo se puede realizar los sábados y domingos de 16:00 a 18:00 horas, siendo necesario realizar cita previa (948 85 14 75 / 676 18 67 34). De mayo a septiembre, las visitas son a diario de 11:00 a 13:30 y de 16:00 a 18:00.


Para disfrutar de la belleza, el silencio y el sosiego que transmite este lugar lo mejor es pasar unos días alojados en su hospedería. Para más información puedes dirigirte a:

hospederia@monasteriodetulebras.com

Tampoco debes marcharte sin probar sus deliciosas pastas, su aceite de oliva o adquirir otros productos artesanales, que también puedes adquirir en el siguiente email:

pedidos@monasteriodetulebras.com

Cómo llegar


El tiempo

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Has viajado a este lugar o piensas hacerlo en breve?
Cuéntanos tu experiencia.