domingo, 22 de enero de 2017

Alcalá del Jucar, Albacete

Tras descender por las serranías de Cuenca, el rio Júcar atraviesa la provincia de Albacete, creando un escarpado paisaje entre barrancos y crestas calcáreas, por donde discurre sinuoso hundido en una profunda garganta conocida como el Cañón del Júcar.
Es en este excepcional paisaje, donde se alza uno de los pueblos más espectaculares y pintorescos de la provincia de Albacete, Alcalá del Júcar. 


No es fácil resistirse a la atracción que ofrece la encantadora imagen de este pueblo, pues movida por algún mágico ensalmo sentí la necesidad de detener la marcha de mi viaje y hacer un alto para visitarlo, nada más aparecer ante mis ojos, sus casas excavadas en la montaña formando estrechas y empinadas calles que ascienden en busca la protección de su castillo. Lo más probable, es que fuera precisamente la construcción de su castillo el origen de esta población, de ahí su nombre Alcalá, que proviene de la voz árabe “Al-Kala” castillo, su apellido del Júcar poca aclaración necesita, basta con asomarse a sus pies para descubrirlo. Fueron precisamente los árabes los primeros en alzar aquí una fortaleza, que posteriormente ocuparon los cristianos, cuando las tropas de Alfonso VIII, hacia el año 1213, conquistaron para los cristianos toda la zona del Júcar. La imponente figura que hoy presenta, en la que podemos ver los restos de su antigua muralla defendida por dos torrecillas circulares y por la prestancia de su recia torre del homenaje, se debe a la reforma que Juan Pacheco, el poderoso marqués de Villena, le realizó entrado ya el siglo XV. No es el Castillo la única construcción que llamó mi atención en este municipio Albaceteño, en Alcalá del Júcar pude contemplar la belleza de la iglesia parroquial de San Andrés, resultado de una serie de obras llevadas a cabo desde el siglo XV al XVIII, cuya torre sobresale por encima de las demás construcciones. Cerca de la iglesia, para atravesar el río está el puente al que llaman Romano, pues romano es su origen aunque reconstruido en el siglo XVIII. Fue antaño este puente paso obligado en el Camino Real de Castilla a Levante, llegando a convertirse en aduana durante los siglos XIV y XV. Muy curiosas me resultaron también sus casas, que aunque por fuera parecen casas normales, sus fachadas esconden una serie de cuevas que conforman sus dependencias. Tan peculiar como sus casas es su plaza de toros, con una interesante forma irregular que la hace única. A unos tres kilómetros de la población se encuentra otro de los monumentos importantes de Alcalá, la ermita de San Lorenzo y junto a ella la cueva de Garadén, que desde siempre ha estado unida a la historia de Alcalá del Júcar, pues ya en el año 1211 Alfonso VIII durante la reconquista de estas tierras hace mención de ella y que constituye uno de los pocos ejemplos que quedan en la península de cueva fortificada, aunque en la actualidad no está abierta para su visita. No podía marcharme sin saciar mi curiosidad de ver cómo son interiormente estas cuevas, al preguntar a un vecino me ha hablado de tres cuevas conocidas como “Diablo”, “Masagó” y “Garadén” que si reciben visitas



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INFORMACIÓN DE UTILIDAD

Alcalá del Jucar es uno de los municipios incluidos en la denominación de Los Pueblos más bonitos de España, y como tal son muchos los encantos de los que podemos disfrutar en esta localidad. 
Para no perdernos nada la primera visita que deberemos hacer es a su oficina de información turística que encontraremos en:

Paseo de los Robles, 1
Tfno: 967 473 090
turismoalcaladeljucar@hormail.es
Web: http://alcaladeljucar.net/

Cómo llegar


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