domingo, 7 de agosto de 2016

Murallas de Lugo




Lugo es una de las ciudades españolas que han conservado las murallas que antaño las defendían de ataques, incursiones y saqueos. Pero la muralla de Lugo tiene la peculiaridad de ser la única construida por los romanos que aún se conserva en su totalidad.



Por esto y por su singular belleza ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2000. Tiene otra particularidad esta muralla y es que según nos cuenta la leyenda no fue construida para defender una ciudad sino un bosque, el “Bosque Sagrado de Augusto” que en latín se llamaba “Lucus Augusti” del que proviene el nombre de la ciudad Lugo. En la actualidad el bosque ha desaparecido y su lugar ha sido ocupado por los edificios de la ciudad pero la muralla sigue en pie, desafiando al tiempo, exhibiendo al mundo su robusta veteranía.




Hace más de diecisiete siglos desde que fue construida siguiendo las directrices de las obras de Vitrubio. Se conserva todo su perímetro, que mide más de dos kilómetros, que podemos recorrer caminando por ella. Sus muros tienen más de cuatro metros de anchura y en algunos tramos superan los siete. A lo largo del recorrido encontramos ochenta y cinco torres y diez puertas. Al observarla desde su base aún se deja sentir en la piel el poder de la Roma Imperial que la construyó. 


La muralla romana de Lugo fue construida a partir de la segunda mitad del siglo III para protegerse de la amenaza bárbara. Tras la época romana fue dominada por suevos, visigodos y musulmanes. En el año 998 estas murallas demostraron todo su poder defensivo durante el ataque de Almanzor, que pudo derribar parte de uno de sus lienzos pero no pudo conquistar la ciudad. Se construyó en ella un baluarte defensivo para la ubicación de la artillería que la adaptaba a la nueva realidad militar del siglo XIX. Este baluarte, que participó en las guerras carlistas, fue bautizado como reducto de María Cristina en honor a la reina regente madre de Isabel II. No ha sido esta la única modificación que ha sufrido esta muralla, originalmente contaba únicamente con cuatro puertas, que se mostraban insuficientes, así que se han ido añadiendo sucesivas entradas hasta llegar a las diez con las que cuenta en la actualidad. Cinco de las cuales construidas entre los años 1853 y 1921 para permitir la expansión de la ciudad. Además de sus torres, disponía esta muralla de otro elemento defensivo, el foso. Aunque no rodeaba por completo la muralla, tenía la nada despreciable anchura de veinte metros y una profundidad superior a los cuatro. No debió ser fácil entrar en Lugo sin el consentimiento de los lucenses de épocas pasadas. Otro peculiar elemento que ayudaba a la defensa de la muralla, consistía en que las escaleras que daban acceso al adarve no llegaban al suelo, para llegar a ellas era necesario utilizar unas escaleras móviles, que en caso de ataque podían retirarse para aislar la muralla. Afortunadamente ahora no es tan complicado acceder a este paseo, basta con utilizar alguna de las cómodas escaleras con las que cuenta. Emociona pisar y sentir bajo nuestros pies un monumento con tantos años de historia. Mientras caminamos por el paseo de ronda de estas murallas disfrutamos de las mejores vistas de la ciudad y divisamos las construcciones más significativas de Lugo. 


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